¡Hola bombones!
Desde el domingo a las 19h he estado experimentando por Instagram. Resulta que de vez en cuando veo como bloggers, influencers, insta bloggers y demás usuarios de esa App. Así de sopetón privatizan. Sin ton ni son. Sin avisar. Y es algo que no entendía (vamos a a día de hoy, tampoco). No entiendo como una app que creas para dar a conocer tu tienda, tu blog, enseñar productos, dar a conocer tu publicidad... La restringes de posibles visualizadores.
Tras más de 50 horas con la cuenta privada he tenido los mismos likes y el crecimiento de seguidores ha seguido en la misma línea. Entonces ¿por qué se realiza esto?
Es un misterio para mí cerebro más cuando la gran mayoría tienen lo de "persona pública" señalado.
Más del 80% de instagramers, blogueras, fashionistas, influencers que visito son más o menos de mi generación. Sigo a pocas cuentas ya que la gran mayoría de mi franja en el 2.0 lo realizó sin wifi y la descarga de imágenes pule los datos a la velocidad del rayo aunque estoy convencida que las malas lenguas tendrán teorías conspiratorias alucinantes para ello. ¡Ay amigos! Las mala lenguas que juego dan cuando nos sobra tiempo para ver con que trápala están. He logrado el equilibrio y pasar olímpicamente de lo que remueven aunque no por ello he dejado de pensar en mís comportamientos, actitud y forma de ser. Creo que es una valoración estupenda para conocerse más una misma y ver que se quiere y que no en la vida. Eso sí, me sigue costando comprender que personas de más de 20 años tengan presente en su vida el juego del "te sigo, me sigues". De actuar como en un patio de colegio o de no saber romper con lo que se supone que es tan malo y seguir y seguir rebozando la tortilla. Me sigue costando entender cómo hay personas que pueden tener dos caras y pretenden mantener las dos, una en público y la otra en privado aunque por ello dejen ojiplatica a la más escéptica.
Todos sabemos en nuestro fuero interno que hemos hecho mal o en que fallamos por mucho que queramos dibujar unas situaciones en las que quedemos como buenos. Y está claro que cuando contamos algo vivido, la balanza siempre nos apoyara pues es nuestra versión de los hechos. Si algo he aprendido a mis 35 años es que ni todos son tan buenos como dicen, ni los malos somos tan malos; que hay grupos de gente afín para todos. Como dije hace poco por el Facebook del blog, "cuando un akelarre te expulsa otro te recibe con las manos abiertas". Que lo bueno de la vida es disfrutarla al máximo y ser lo más feliz que se pueda sin lastimar a nadie y que zanjar un capítulo o cerrar un libro es lo más sensato y sano. Dicen los que me conocen que vivo en un momento ZEN total pero es que o llegas a este punto o acabas amargada perdido por las estupideces de personas tóxicas.
Yo lo que tengo bien claro es que adoro mi momento en las redes. Seguiré dando mal en privado o en abierto. Contando mis inquietudes, mis momentos, mis situaciones que quiera compartir pues tengo bien claro que mi vida privada es mía y para los míos por mucho que haya gente empeñada en saber más de m vida que yo misma. El mundo 2.0 para las personas que nos pegamos todo el día de lado a lado, o con temas nada agradables en el trabajo o que vivimos en un mundo de locos son una vía ideal para pasar el rato. Me encanta abrir Safari y cotillear. Ver la última tendencia. Ver que hace Fulanito o menganita. Descubrir sitios nuevos.
Soñar.