#TallerDeLaFelicidad

¡Hola ricuras!

Viernes y despido la semana con un pleno de post. ¡¡Ole, ole!!! Creo que fue uno de los propósitos de 2017 y me da que pocas semanas lo he podido cumplir, así que la semana que lo logro es una satisfacción tremenda. Esta claro que esto es un hobby y una vía de evasión a la locura de vida que llevo y poder lograr "tema de conversación" para cada día me recuerda que, primero lo he vivido y luego lo disfruto doblemente todo contándoos dónde o qué he hecho.

Y como de disfrutar va la cosa, no se me ocurre mejor historia que contaros que un taller que viví durante un finde completo acerca de la felicidad con la gran coach Patricia Navarro.

La cocina de la felicidad se celebró en "El Cónclave" y en el se nos mostró, de la mano de estas dos grandes coachs (Patricia y Pilar Ara), que tenemos que ser capaces de parar, reflexionar y decidir para poder ser felices. 

Se que muchos estaréis flipando porque estoy convencida que nunca pensaríais haberme visto en un taller así y mucho menos que lo contara en el blog. En un finde dedicado a mi, con desconocidos y abriendo mi vida como si fueran íntimos. Sinceramente, yo tampoco me lo imaginaba. 

No es que no me guste hablar de mi vida privada es que para eso tengo las personas contadas. No es que no me guste abrir mi corazón, es que de normal ya no me quito la coraza que me mantiene en pie en este mundo debido a las traiciones, decepciones y malas compañías. No es que no me guste reflexionar para ver que tal me va la vida, es que creo que ya tengo muy asumido que gran parte de los "tengo que" que a diario me inundan son inevitables y no dependen de mi. 

Pero a bote pasado, creo que todos deberíamos vivir una experiencia así. Un taller para nosotros, con personas que te fuerzan a decantarte si seguir por ese camino, a plantearte que puedes cambiar en cualquier momento y a recordarte que "tu vales mucho, nena".

Dividido en dos sesiones la del sábado fue tan intensa y te remueve tanto por dentro que a la salida estaba agotada. Con el motor interno a mil revoluciones solo me apetecía (OJO ERA SÁBADO) llegar a mi casa, ducharme y recapacitar.

La jornada del domingo es la que os dejo aquí plasmada en fotos. Cocinamos felicidad, digo galletas. A ritmo de música, a ritmo de risas y a ritmo de un grupo de lo más humano y variado que siempre estará en mi corazón.

 Desde aquí os animo que alguna vez os toméis un kit kat en la vida y disfrutéis de una experiencia parecida. Que desenchuféis el piloto automático que todos llevamos para hacer las cosas porque muchas veces la inercia hace que pasen los días, los años y no disfrutemos como nos merecemos. Y que, por mucho que lleves en mente que estos talleres son una bobada, o no son para ti, o no sirven... des una oportunidad y lo vivas porque, cuántas veces hablamos sin saber y nos creamos una idea totalmente equivocada de algo que luego nos acaba llenando como nada. 

Feliz finde amores,

Su