¡Hola ricuras!
Que el título no os engañe. No vengo aquí a dar una chapa sobre San Valentin, ni a elegir outfit que al llevar algo rojo ya sea el "super-mega-apropiado", ni a hacer exaltación de la amistad pues Cupido ha vuelto a errar con ese "aspirante a" que se quedo en otra decepción. No masquenianas no, hoy vengo a hablar de "amor del bueno". Amor del bueno que me da esta página en blanco. Amor del bueno que me da el blog, vuestros comentarios... Falta poco para las 3 de la mañana y, tras un día de locos, aquí me tenéis dispuesta a plasmar mis desvarios. Desvarios que más me valdría soltar en un diván de cualquier "psico" del edificio perooooo, esto es más barato y más divertido. "Divertido" que palabra tan magnifica. Mi leitmotiv de esta vida que me ha tocado vivir. Para los lectores que se incorporen de nuevas os pondré en antecedentes: de la noche a la mañana me cayeron tres polluelos. No, no tuve trillizos sino que de sopeton mi vida paso a ser la de una soltera treinteañera a dirigir la vida de un geriátrico. Y, aunque ya llevo un par de meses (igual son 4 pero la tranquilidad pasa volando), el domingo, llegando al vermú un ring ring standar de iphone tambaleo de nuevo mi reposada vida. Uno de los polluelos se había descarriado y tenía que buscar de nuevo una autopista para que siga su camino. Como en una serie del AXN se activo el modo "faltan 30 horas para..." y los nervios, las dudas, la búsqueda de soluciones afloraron de nuevo. Casi 40 horas después ya estoy tan pancha en la luz del final del túnel. Dando gracias a la suerte, a las amigas, a la familia y con mil anécdotas más en la mochila de la vida.
Y como no quiero perder la vena superficial aquí os dejo unas fotos del look de ayer en el que, como bien se dice "a mal tiempo, buena cara" estrene esta capa de Pimkie que me costó ¡OJO AL DATO! 10 eureles. Chollazo, no?
¡Feliz San Valentin! o ¡Feliz San Tontin! o "Feliz San Ballantines" lo que mejor os venga
Besitos,
Su