¡Hola ricuras!
Ver para creer o, mejor dicho, comer para perder.
Jamás había hecho dieta, siempre he sido de constitución delgada pero un problemilla de salud y demasiado tiempo con cortisona hicieron que mi organismo se desbarajustara. Eso unido a dejar de hacer deporte y un desorden tremendo por los horarios de curro... y mil motivos más que blablablaaa... pero un ¡BASTA YA! hizo que cogiera de nuevo las riendas.
Había visto los productos de Lev en Marta (
@hunterchicbyMarta) y seguido las recetas de Yania (
@mvesblog). Cuentas en Instagram que las tengo catalogadas como "
de las que dan confianza". ¿Sabéis a que me refiero? Pues a esas cuentas de "influs" que no han perdido la cabeza por la publicidad oscura. Que no por recibir unas muestras o productos ya eso es el top de los tops. Cuentas que, si las cosas sirven, lo dicen y sino pues lo dicen también. Y eso amores, es bien.
Así que me dispuse a ponerme en manos del "
Método Lev" para, volver a un orden con las comidas. Cual fue mi sorpresa cuando no solo cogí el ritmo de 5 comidas la mar de rápido sino que mi cuerpo lo empezó a agradecer. Y eso que no la he llevado estricta (cosa de la que ahora me arrepiento porque ojito el cuerpazo que luciría) y claro, con esta cuarentena mi propósito de 2020 de caminar más de 10.000 pasos al día, se fue al traste.
Pero ayer tuve mi segunda cita presencial y salí exultante de felicidad.
Yo ya veía como la báscula iba bajando y los jeans sentaban mejor perooooo ayer fui consciente de la comparación de números. De cuales eran mis medidas antes de Lev y durante Lev.
Mis miedos, al igual que las dudas que much@s me habéis planteado se centraban en la salud: yo no quería nada milagroso, ni sustitutivos de comida, ni cosas raras que no supiera que contenían, ni super pandis que me hipermeganmotivaran y me buscasen oportunidades laborales.
Tenía claro que quería ponerme en manos de profesionales y buscaba una nutricionista (que, como ya sabéis, se me abrió el cielo al conocer a Alicia).
Me daba cosa perder energía o que se yo paja mental me había hecho que iba a suponer perder los malos hábitos de comida.
Ya con el Covid el miedo se multiplicó al cubo ¿y si variar mis hábitos me perjudicaban? Yo me puse en sus manos a principios de marzo cuando toda esta pandemia ni la imaginábamos. Cuando caminaba al día un montón, cuando salir con los amigos me desestresaba contando los líos del día, cuando no era obligatorio estar en casa 24h con una nevera que decía "ven a miiiii, miraaa"... vamos lo que he bautizado como mi vida a.C. (antes de Covid)
Y, por supuesto, tenía claro que si fracasaba no quería ni gritos ni malas formas. Escandalizada me hallo ante los casos que me habéis contado.
Aquí se come.
Y se come comida.
Y se comen galletas y cortezas y pasta y pizza y se beben smothies yyyyy... pues ya me lo habéis ido viendo. Claro que estas a dieta, milagros a Lourdes y os recuerdo que ya lleva meses cerrado por el coronavirus.
Y claro que al entrar en web o la tienda física dices "
Osti, una caja de 16 galletas 10,95€" pero si lo divides a unidad, compensa. Y, vamos a ver, que estas a dieta. No conozco ninguna que no implique esfuerzo. El primero, variar las rutinas de compra. En mi caso sacar del carrito en el super los procesados, hipercómodos, llamativos, hiperricos y meter más verde. Porque señoras y señores el milagro esta en comer sano y con un orden. Verde al medio día, verde por la noche, beber agua... ¿Aburrido, soso, buahhh? Para nada, si de segundo tienes burger, pollo al curry o t
ernera a la Borgoña y puedes beber coke zero, tes...
La variedad de alimentos es impresionante y apta a todos los paladares que ya sabéis que yo con sus tortillas, ñe. Y ayer fui consciente que al "ñe" añado lo vaguísima que soy, estuve por llevarme un arroz con leche pero por no prepararlo, lo descarté.
Además no sabéis la vida que me han dado este confinamiento los pedidos online gratuitos.
¡Hasta el agua me pedía!
Ayer bajé a "mi cita" (que os recuerdo que son gratuitas) y ya de paso me hice con unas novedades queeeeee me hicieron ojitos, pero, sin duda, la compra en web se ha instalado en mi corazón por comodidad, por evitar llevar pesos y porque sigo concienciada con salir lo mínimo posible aunque en Aragón estemos en la fase 1 de la desescalada.
Y para que veáis lo bien preparado que esta el centro os dejo sus medidas:
Gel desinfectante en la entrada, distancia de seguridad, mascarilla y guantes. Por supuesto, desinfección entre cita y cita. Y, si no quieres salir o en tu city no hay tienda, las citas no presenciales ya veis que yo las he llevado durante estas semanas y funcionan de mil maravillas.
Besazos,
Su