Más que ropa: Izakaya

¡Hola ricuras!

No tengo termino medio, o tardo la vida en subiros algo vivido la tarde anterior al blog o, nada más comenzar mi rato ocioso del café, estoy como una loca pasándoos las fotos para contároslo todo. C´est la vie! no sabe uno a que atenerse conmigo. Bien es cierto que solo me quedan en el tintero dos entradas pasadas peroooo estoy en proceso de "darle tiempo al tiempo" para ir paliando lo que esta lengua viperina piensa del tema.

El caso es que ayer hablando con Blanca dije que lo vivido lo publicaba hoy y aquí estoy. Cumpliendo! ¿Y que os vengo a contar? Pues que celebrar una añito de vida es todo un logro e Izakaya lo celebró ayer por todo lo alto en dos tandas: una con bloggers e influencers y otra, con la clientela que, día a día, ha hecho que ese recorrido sea posible.

Y es que el año pasado vivimos un boom oriental por estos lares, abrió un Udon, el Bokoto y "El ángel del pincho" se reinterpreto y, bajo el nombre de "Izakaya", otorgó a la calle Mayor un local "diferente". Parece que esa "búsqueda" por lo distinto nos ha enriquecido de una manera brutal pues, los locales de la zona vuelven a estar "petaaaosss" como antaño, tanto de mañicos como de todo el turismo que nos vuelve a situar en el mapa.

"Que el sushi esta de moda" es una frase muy trillada por las itgirls de la ciudad desde la emisión de Sexo en Nueva York, que gracias a el y a los múltiples Sakuras que tenemos, hemos descubierto las tempuras, las gyozas, los Gua Baos tan de moda ahora, un hecho.

Y así, plato a plato se nos fue explicando su tradición, su elaboración, su "al cocinero lo tengo atado con una cadena a la mesa" ante mi sugerencia de llevármelo...

No os digo es de "estaba todo riquísimo" porque para que ¿no? El caso es que a un ATEO en la comida japonesa como fue mi acompañante, el " tráeme más de ese puré verde pero con zanahoria" (osease el hummus edamame) o "quedan pinchos de carne???" (vamos, los yakitoris de toda la vida) lo ha convertido en plan "pues el finde podíamos bajar aquí con fulanito y menganita para que prueben esto". Y yo, la mar de feliz, que a estas alturas de la película no os imagináis lo duro que es pasar por la puerta de un "japo" tan ideal porque con los que vas, la comida oriental esta vetada.